Si hay un elemento al que no podemos renunciar los propietarios de piscinas que tienen un volumen de agua suficiente que impida que se vacíen con frecuencia es a las depuradoras de piscinas. No se puede conseguir un mantenimiento del agua de la piscina razonable y que no perjudique ni cause molestias a los bañistas, solo con el uso de productos químicos, es imprescindible que pongamos también a trabajar a las depuradoras de piscinas.
El funcionamiento de las depuradoras de piscinas y su efectividad se deben ir adaptando a las diferentes circunstancias que afectan a nuestra instalación a lo largo del año. Un programa de actividad de las depuradoras de piscinas que mantiene el agua perfectamente cristalina durante el invierno, puede ser completamente inoperante durante los días de más uso de una piscina en verano.
Por eso, una de las pocas exigencias que nos reclaman las depuradoras de piscinas para cumplir con su función, es que estemos pendientes de ampliar o reducir sus horas de funcionamiento atendiendo a las circunstancias concretas. Por ejemplo, tras una fuerte tormenta de agua o en los días de mucho viento, conviene que las depuradoras de piscinas estén en marcha más rato, para eliminar la suciedad extra que se puede haber posado en el agua.
Respecto al mantenimiento de las propias depuradoras de piscinas, nuestra tarea debe concentrarse en mantener limpio el filtro, o cambiarlo cuando esté deteriorado, y observar que la bomba succiona el volumen de agua que le corresponde por su propia capacidad.
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