Los propietarios de piscinas particulares ven con impaciencia como se acercan los días en los que podrán empezar a disfrutar plenamente de sus instalaciones, más aún con el buen clima que nos ha traído este mes de abril. Pero, incluso aquellos que inteligentemente han mantenido las mínimas medidas de mantenimiento durante los meses de invierno, necesitarán aprovechar los primeros días primaverales para efectuar la definitiva puesta a punto de sus piscinas.
Si tenías una cubierta en la piscina durante el invierno
Quienes previsoramente se hicieron con una cubierta, disfrutarán ahora claramente los efectos de su inversión. En estos casos, la principal tarea seré retirarla, una vez que nos hayamos asegurado de la llegada del buen tiempo.
Aprovecharemos para darle una limpieza en profundidad a la cubierta, dejarla secar perfectamente y proceder a guardarla. Insistimos en que hay que dejarla secar completamente, ya que si la guardamos húmeda el material se estropeará.
Si NO tenías cubierta en la piscina
Si no has sido previsor, lo primero que hay que comprobar es el nivel del agua. Si es insuficiente, rellenaremos hasta la medida necesaria para realizar las correspondientes tareas de limpieza y depurado de la piscina.
Previamente, toca hacer una revisión en profundidad de los filtros, incluyendo una limpieza y desinfección a fondo, sumergiéndoles en un producto químico que elimine todo tipo de posibles bacterias.
También es el momento de revisar la arena del filtro. Si llevas unos cinco años sin cambiarla, puede que sea ya el momento de hacerlo. Y, antes de iniciar el ciclo normal, activa el retrolavado y el enjuague, sobre todo en caso de que te sobre agua, así la aprovecharás para eliminarla.
Es momento, además, de sacar el máximo partido al limpiafondos, haciendo que barra toda la suciedad acumulada en el suelo de la piscina y en las paredes. Pero, los objetos de mayor tamaño es mejor retirarlos manualmente para evitar atascos.
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