Son muchas las personas que, disponiendo de un jardín en su vivienda, han dedicado una parte de este espacio a la instalación de una piscina. Las labores de mantenimiento de esta no son, en el sentido estricto de la expresión, tareas de jardinería. Pero lo cierto es que una piscina se integra en el conjunto de nuestro jardín, por lo que debemos tomarnos su cuidado como una parte de ese conjunto.
Lo más recomendable es que tengamos un sistema de filtrado y depuración del agua de nuestra piscina automatizado. La posibilidad de programar este mecanismo, sin embargo, no nos libera de proporcionar el control y vigilancia adecuados a las circunstancias de nuestra instalación y del uso que hagamos de ellas.
Este aspecto es especialmente importante durante los meses de verano, cuando hacemos un uso más intensivo de la piscina. Y, sin duda, una parte esencial de este mantenimiento pasa porque el filtro de la depuradora esté en perfecto estado. Solo así nos aseguramos de que el sistema funciona y es eficaz. Hay que partir de la base de que la renovación completa de esta arena se debe realizar cada 4 o 5 años. En ese tiempo, en condiciones normales, la arena ha perdido las partículas más pequeñas y, por tanto, el filtrado no es completo.
Pero, al menos una vez al año se deber revisar esta arena y rellenar si vemos que es necesario. Hay que tocarla y comprobar que está suelta y sin grumos, en caso contrario, proceder a cambiarla. Aprovecha para revisar los filtros complementarios que lleva la instalación.
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